miércoles, 8 de octubre de 2008

COLECHO: Durmiendo con el bebé


Como colecho se entiende dormir con tus hijos. Se puede hacer desde dormir en la misma cama, como tener una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama familiar, o bien usar una cuna convencional sin uno de los lados y adosarla a la cama donde duermen los padres. Muchas veces, en lugar de una cuna se pone otra cama individual adosada a la cama mayor.
Las ventajas del colecho son muchas y variadas. Pero el problema es que en casi cualquier libro o artículo sobre el tema de sueño infantil, se desaconseja que los niños duerman con sus padres. ¿ Porqué ? Una de las causas es el peligro de ahogar o aplastarles mientras se está dormido. El peligro no es ninguna nimiedad, pero de la misma manera que difícilmente caemos de la cama, es poco probable que acabemos encima de nuestro hijo. Hasta los más acérrimos defensores del colecho desaconsejan practicarlo cuando se está muy cansado, se ha tomado drogas (fumar incluido) o bebido alcohol, o se está muy obeso. Simplemente, son factores de riesgo que aumentan la posibilidad de tal peligro, pero fuera de esos casos, no hay mayor alarma que la de poder caer de la cama mientras dormimos. De hecho, es mucho más peligroso dormirse en un sofá con el bebé en el regazo que compartir cama con él. Se tiene que tener cuidado de que el bebé no pueda quedar atrapado entre la pared y el colchón o entre dos colchones. Dos detalles más : cuando el bebé es muy pequeño, la madre tiene una especial conexión con él, pero el padre suele tardar algunos meses en darse cuenta de su pequeña presencia, así que se recomienda que el bebé no se sitúe entre la madre y el padre sino entre la madre y el final de la cama. Además, están contraindicadas camas de agua o superficies muy mullidas, así como almohadas que pudieran sofocar al bebé.
La raza humana, durante toda nuestra historia desde que éramos unos primates que vivíamos en cuevas, ha practicado el colecho. Es solamente en los últimos 150 años, con la llegada de casas con varias habitaciones, que se separa a los bebés para que duerman lejos de sus padres. Durante cientos de años, las madres amamantaban a sus bebés durante la noche, casi sin despertarse. Los bebés recibían protección, afirmación emocional, "lecciones de como respirar", calor y leche materna. Si el bebé tiene alguna dificultad, si vomita, o tiene frío, los padres están a su lado para socorrerle.
Las ventajas del colecho deben considerarse siempre que sea un hecho elegido por ambos padres y se practique siguiendo las medidas de seguridad. La ventaja principal consiste en que el bebé sabrá que estás allí, y podréis responder emocional y psicológicamente de manera muy beneficiosa. Los bebés mamarán más a menudo sin perturbar el sueño de su mamá, y también dormiréis todos más que en el caso de bebés amamantados que duermen solos. Los bebés se despiertan más a menudo, pero durante menos tiempo que si duermen separados, y permanecen menos tiempo en la fase de sueño profundo. Los bebés lloran significativamente menos, lo cual supone, al menos en teoría, más cantidad de energía para crecer. La mayor oportunidad de amamantar que tiene el bebé se traduce en una menor incidencia de enfermedades. La proximidad del bebé permite a los padres responder prontamente a lo que pueda pasar, como si vomita o accidentalmente una sábana le cubre la cabeza. Las madres que trabajan pueden sentirse culpables por no estar suficiente tiempo con sus bebés durante el día. Así, interaccionando con el bebé más frecuentemente por la noche, amamantándolo y aumentando sus interrelaciones, pueden sentirse mejor, al igual que sus papás. El colecho puede hacer que los padres y los bebés se sientan muy, pero que muy bien.

¿Y qué hay de la independencia?
El tema de la independencia es muy polémico. Vamos a ver: se teme que el niño se amañe tanto durmiendo con sus padres que jamás se hará independiente, pero como dice Carlos González en su libro Bésame mucho: “… Si no se hiciera el más mínimo esfuerzo por sacar a los niños de la cama de sus padres, ellos mismos se irían tarde o temprano. No sé a qué edad, porque no conozco a nadie que haya hecho la prueba; sin duda la edad será distinta en cada familia, y dependerá del temperamento y de los deseos del niño y de sus padres. Pero estoy razonablemente seguro de que ninguno de mis lectores siente, en estos momentos, el menor deseo de volver a dormir cada noche entre su padre y su madre.
La independencia no se enseña, la independencia es algo hacia lo cual se avanza si se permite al niño vivir plenamente todas sus etapas. El colecho permite atender rapidamente las necesidades del bebe, sin dejarlo llorar,le das seguridad, y esa seguridad lo hara mas independiente al crecer.

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